El nido del chajá: un proyecto ecológico y autosustentable

Hace algunos meses tuvimos la deferencia de ser favorecidos con capitales provenientes de la Fundación Mundial GreenGrants, la que brinda oportunidades de pequeñas donaciones a grupos que trabajan para el medio ambiente y la justicia social. Nuestro proyecto: “El Nido del Chajá” tiene como objetivo gestionar uno de los relictos del ecosistema Bañado de Carrasco, que sirva como experiencia piloto y apoyo a programas de mayor alcance. El proyecto incluye un Centro Interpretativo (CI), senderos, cartelería y un mirador de aves, se ubicará en la zona de Punta de Rieles, entre los arroyos Chacarita y Manga, donde existe un espejo de agua formado a partir del represado del Arroyo Manga y donde se han encontrado distintas especies de flora y fauna nativas. En el proceso de planificación de la construcción del CI analizamos la posibilidad de utilizar como parte de los materiales de edificación botellas descartables de plástico. Una excelente oportunidad para emplear creativamente y de forma alternativa la basura, así como también usar de forma eficiente aquellos recursos disponibles en el medio y que puede aportar la comunidad, además de ser, por supuesto, un material de bajo costo, térmico y liviano. El PET (polietileno Tereftalato) utilizado generalmente en las botellas de plástico, como las de gaseosas, agua y otro tipo de bebidas, son un elemento común del paisaje rural y urbano a lo largo y ancho del planeta. Sin embargo, no necesariamente las encontramos integradas a los asentamientos humanos, sino también, como elementos contaminantes en las orillas de caminos, playas, bordes de las cañadas y arroyos. Pero con un poco de imaginación podemos convertir estos elementos contaminantes en material de construcción o reutilizarlas en un sinfín de elementos decorativos. Esperamos, muy pronto poder invitarlos para poner “manos a la obra” y concretar lo que tanto anhelamos: un centro equipado que funcione como referencia de la zona para la gestión de pequeño rincón en los Bañados de Carrasco, abierto a la investigación, el ecoturismo y a un sinfín de actividades educativas.